lunes, 11 de abril de 2011

!! TERUEL EXISTE!!

El xiquet y el amiguet

El pasado sabado 9 de abril, los componentes de la Unión ciclista de Vinaròs y miembros de la grupeta ciclista vinarocense Eduardo Belenguer " el xiquet" , Rafael Ramos"el amiguet" y Juan Antonio Fuentes " el maño, degollao" se acercaron a tierras turolenses para participar en una de las citas más bonitas de la temporada, la catorceava edición de la Marcha Cicloturista Los Degollaos.

Después de unas 2 horas de viaje el a las 8 de la mañana del mismo sábado llegamos a la Venta La Pintada, situada en el kilómetro 194 de la carretera N-211. Se trata de un amplio hotel de carretera desde donde sale la marcha.

Después de descargar las bolsas y montar las bicis, nos dirigimos a la zona de inscripción. Es aquí donde nos damos cuenta que esta cita tiene una organización "familiar" pero eficaz. Retiramos nuestro dorsal y una bolsa con varios obsequios: folletos de la zona, un botellín, vale de comida y unas muestras gastronómicas aragonesas: longaniza, lomo y conserva de cerdo en aceite.

A las nueve en punto se da la salida. El problema de esta marcha es que los dos primeros kilómetros son en subida y ahí ya se ven las fuerzas de cada uno. El pelotón se estira irremediablemente y en los cinco primeros kilómetros ya se han formado los grupos que irán rodando por una carretera ancha y de buen asfalto hasta Ejulve, en el kilómetro 10.

Es aquí, después de una bajadita que después nos tocará subir, donde giramos a la izquierda y abandonamos la carretera buena para iniciar el puerto de Los Degollaos. Esta dificultad, de unos siete kilómetros aproximadamente, sirve para ver las sensaciones que tendremos durante el resto del día. No es especialmente duro, tiene hasta una pequeña bajada antes de la cima, pero tiene alguna rampa "interesante".

La bajada tiene unos nueve kilómetros bastante empinados y con un asfalto horrible, al estilo del puerto de Navafría de la Marcha Pedro Delgado. Se impone bajar con cuidado para no salirse de la carretera o sufrir un pinchazo. Pasamos por el imponente Órgano de Montoro y por la piscifactoría de Villarluengo (kilómetro 30) para iniciar la ascensión de treinta kilómetros hasta la cima del Cuarto Pelao.

En el kilómetro 34 llegamos hasta Villarluengo después de una zona de subida bastante sostenida y sin descansos. Aquí paramos en el primer avituallamiento, bien surtido -cocacola, pastelitos, plátanos, agua,...- y con voluntarios que nos animan a comer todo lo que necesitemos.

Hasta el kilómetro 48 sigue la subida sostenida. Aquí viene un tramo de bajada y un poco de llano que viene de perlas. Pasamos Cañada de Benatanduz (kilómetro 50) y continuamos la subida hasta el desvío a Cantavieja en el kilómetro 55 donde paramos en el segundo avituallamiento.

Seguimos hacia arriba y comienza de nuevo la carretera buena. ¡Cómo se agradece después de 45 kilómetros dando botes! En el kilómetro 57 llegamos por fin al Alto de Cuarto Pelao. Iniciamos un veloz descenso que nos lleva a Fortanete (kilómetro 61) y al inicio del Puerto de Villarroya, el más alto de la jornada con casi 1700 metros de altitud.

Este puerto también tiene carretera ancha y buena, de aquellas que parece que no andes cuando la bici va hacia arriba. La pendiente (hay tres kilómetros al 8%) y el viento de cara no ayudan tampoco a mantener grandes velocidades.

Llegamos a la cima (kilómetro 74) e iniciamos un vertiginoso descenso hasta Villarroya de los Pinares (kilómetro 83). Debido al viento racheado y la velocidad hay que agarrarse fuerte al manillar aunque no hay ningún peligro. Merece la pena girarse para disfrutar de la magnífica vista del valle que se presenta a nuestra derecha.

Llegamos a Villarroya y abandonamos la carretera buena girando a la derecha. Si continuasemos rectos llegaríamos al Puerto de Sollavientos y Allepuz.

Después de algún duro repecho no programado seguimos la carretera que sigue el Río Guadalope pasando por Miravete y Aliaga. Llama la atención el estado del firme ya que hay unos socavones de miedo. Hay que tener cuidado para no meter la rueda en uno de ellos y destrozarla.

Llegamos a Aliaga (kilómetro 107) donde a partir de este punto, empieza la ascensión al último puerto del día, el de Majalinos El puerto acaba en el kilómetro 120, después de aproximadamente trece de subida. No es demasiado exigente pero el cansancio y el calor asfixiante ´lo conviertieron en un auténtico clavario ya que es el típico puerto que no se ve el final nunca y se hace muy muy duro.

Una vez aquí, bajada hasta Ejulve donde nos enfrentamos al repecho que tuvimos que bajar al inicio de la marcha y al viento en contra al que nos toca enfrentarnos durante unos diez kilómetros antes de llegar a la meta en la Venta La Pintada.

En definitiva, una marcha dura pero asequible y que nos demuestra que Teruel también existe.



el Degollao.
los hombres sin miedooo.


!uff por fin a terminao estoo !.